El interior es un refugio, que nos protege del clima y en el cuál desarrollamos casi todas nuestras actividades, pero hay algo del exterior que siempre está presente: la luz natural. La iluminación natural se relaciona con el bienestar general y la calidez que ésta brinda, por lo que su inclusión en los interiores pasa a tener un papel fundamental.
La entrada de luz solar a los ambientes es el escenario más deseado a la hora de proyectar un diseño. Se pretende que todos los ambientes primarios tengan una abertura y que por ella se integre la mayor cantidad de luz posible en el espacio. Esto dependerá no sólo de la ubicación geográfica de la vivienda, sino también del entorno inmediato, el clima, el tamaño y cantidad de aberturas por ambiente, junto con las decisiones de diseño.